La comunidad

La Abadía de Westmalle forma parte de la Orden Cisterciense de la Estricta Observación. Todas las comunidades de esta Orden mantienen un vínculo de solidaridad mutuo.

Cada comunidad es una escuela de caridad cristiana. Esta caridad y solidaridad también se extienden a todas las personas de buena voluntad. Esto es visible, por ejemplo, en la acogida de los huéspedes.

La entrada en la comunidad

La entrada en la comunidad

Quien entra en la comunidad de Westmalle empieza un proceso de formación de cinco años. Al mismo tiempo, hay un periodo de prueba en el cual debe asentarse y profundizarse su vocación. Después, puede elegir unirse de manera definitiva a la comunidad pronunciando los votos solemnes.

Los Votos de los hermanos

Los Votos de los hermanos

Un aspirante a monje que, después de su formación, está listo para entrar definitivamente en la comunidad, deposita cuatro votos solemnes.

Monjes comen juntos tranquilos en el refectorio

La vida dentro de la comunidad

Los hermanos eligen llevar una vida retirada y apartada, sin embargo, no son eremitas. Ellos siguen estando en contacto con sus hermanos y con el mundo, porque así también encuentran a Dios.

Vida de oración

Vida de oración

El rezo es parte de las actividades cotidianas del monje y le permite dirigir su atención a Dios.

Cuadro de San Martín que hace pedazos su abrigo para dárselo a los pobres

Caridad

Los monjes son capaces de asegurar su subsistencia por ellos mismos. Lo que queda de los ingresos de sus actividades dentro de la abadía se dedica, principalmente, a proyectos de desarrollo nacionales e internacionales, o a ayuda personal a personas con necesidades.

Participar en la oración

Participar en la oración

Todo aquel que quiera puede participar en la oración comunitaria. Muchos vienen solamente a la Eucaristía o a otro momento de oración, como la misa vespertina o el cierre del día. Algunos hacen eso incluso todos los días.

Aquellos que quieran experimentar el ritmo de oración dentro de la abadía, pueden elegir pernoctar algunos días y rezar todos los oficios que forman la Liturgia de las Horas.